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Por qué extrañamos a quienes nos han maltratado?


El maltrato se aprende y se aprehende en la infancia, por observación, exposición y/o experiencia. De esta forma, si una niña(o) ha vivido y crecido en un entorno donde ha habido maltrato (de cualquier tipo), antes de llegar a la adolescencia lo habrá normalizado y el maltrato pasará a constituir la manera natural de relacionarse con los demás y el día de mañana con su pareja y con sus hijos, sea que lo viva activa o pasivamente, es decir, siendo ella/él quien maltrata o permitiendo que otros le maltraten a ella/él y a sus hijos.


En el caso de una niña, si quien maltrataba en casa era papá, el abuelo, un hermano, un tío o algún otro hombre que estuviera en el entorno familiar más cercano, el día de mañana sus relaciones de pareja e incluso laborales serán con hombres que sean maltratadores (física o psicológicamente), o bien generará relaciones con hombres sin carácter a quienes ella maltratará. Es el típico caso de mujeres que son jefas en empresas u organizaciones y que suelen ser muy duras y maltratadoras con sus subordinados, y cuando son madres, crían hijos déspotas o apocados (siempre en un extremo u otro).


"El maltrato es una emoción adictiva que si no se trata la persona lo vivirá el resto de su vida."

Pues está directamente relacionado con las experiencias vividas en la infancia. Tal como explicaba al inicio, cuando una niña(o) ha crecido viendo o viviendo el maltrato en casa desde pequeña, aunque no lo viera con sus propios ojos, pero ocurría en otra habitación o incluso mientras dormía o estaba en el colegio, toda esa información el inconsciente igualmente la ha captado y registrado, por que quienes han estado en la situación de maltrato quedan afectados emocionalmente, energía que se transmite, y además se siente en el ambiente . Todos hemos sentido y expresado más de alguna vez, al llegar a un sitio "se siente la tensión en el aire" o "está cargado el ambiente/lugar". La única dife­rencia es que cuando somos niños no llegamos a racionalizar esta sensación, simplemente lo sentimos, absorbemos y muchas veces sentimos miedo de algo que no podemos explicar el qué.


El problema de esto, es que vivir en entornos donde hay maltrato, aunque no sea cada día, basta que se repita de tanto en tanto, el cerebro de los niños lo va integrando como parte de su aprendizaje inconsciente y que es el que luego se manifiesta a través del comportamiento innato, pues hasta los 7 años de edad aproximadamente, los niños absorben toda la información del entorno a través de los sentidos, pues aún no se ha terminado de desarrollar la capacidad de raciocinio, por lo que no juzgan, ni cuestionan ni se plantean si eso está bien o mal, simplemente lo aprenden y luego lo replican, pues así como el cerebro registró esa información y la dio por válida (porque mamá y papá son los ejemplos a seguir), el corazón graba la melodía del conflicto, que viene a ser el ritmo que adquiere el corazón cada vez que hay una pelea, gritos, puertas que se golpean, etc. y así aprende a vivir y convivir con el miedo.


De esta forma, cuando sea adulta, el cerebro y el corazón de esa niña(o) seguirá funcionando con la melodía del conflicto aprendida, pues es el único ritmo conocido. Y luego se sentirá atraída por personas que se muevan con la misma melodía que ella/él, pues con esas personas se sentirá cómoda(o), es aquello que muchas veces se dice cuando conocemos a alguien que nos atrae o nos gusta "es como si le conociera de toda la vida" o "me siento como si estuviera en casa con él/ella". Y tanto!!


Pero lo que en realidad ocurre a nivel inconscien­te es que su cerebro y su corazón están reconociendo una energía similar a la suya, que es lo que luego verbalizamos como "tiene muy buenas vibras" o "me encanta la energía que tiene/irradia". Y luego, al poco o mucho tiempo cuando finalmente empieza a ver o darse cuenta que en la relación con su pareja hay maltrato, ya a aprendido a justificarlo y no se siente capaz de dejarlo(a). Y si por alguna razón llega a terminar la relación sea por su decisión o la del otro(a) de pronto se encuentra extra­ñándolo(a) y deseando volver a estar con él/ella. Y aunque recuerde lo mal que lo pasaba, los recuerdos de "lo bueno que era" y "lo bien que nos la pasábamos" em­piezan a dominar, mientras los malos recuerdos se van desdibujando cuando piensa "tampoco era para tanto", y en algunos casos incluso aparecen los cuestionamientos de si habrá sido culpa suya por no haber hecho algo para que se arreglara la relación. Hay personas que incluso al cabo de un tiempo (que pueden ser meses o años), vuelven a contactar con la ex pareja para "volver a intentarlo".